Quiero cambiar la apariencia de mi chimenea ¿Cómo puedo hacerlo?
Cuando llegamos a casa queremos encontrarnos en el lugar acogedor, que nos brinde el confort que tanto necesitamos. Por ello debemos mantener nuestras casas lo más estéticamente posible, con decoraciones que nos ofrezcan algo nuevo, pero que sea duradero.
Las chimeneas además de proporcionarnos un clima cálido en épocas de invierno, son parte focal de nuestra decoración. Por eso necesitamos que sea visualmente agradable por también deben contar con una estructura sólida. Así que son construidas con materiales de larga duración que soporten los cambios de temperatura y el paso del tiempo.
¿Cómo logro un estilo rústico en mi chimenea?
Es muy común que las chimeneas estén revestidas con piedras, esto se debe a la durabilidad que nos ofrece este tipo de material natural. Cuando realizamos alguna remodelación debemos tener en cuenta ciertos criterios, como lo son la durabilidad, la estética y el estilo que aportara en la decoración.
Si lo que se quiere es dar un acabado rustico a la fachada de tu chimenea, te recomiendo usar la técnica de abujardado, esta seguramente te dará el estilo que estás buscando, proporcionándote la elegancia y el cambio que tu casa necesita.
¿Qué es el abujardado?
El abujardado es la técnica tradicionalmente usada para darle un estilo rustico a la piedra o al concreto, con ello conseguirás una terminación rugosa. Además, cambia la forma de la superficie y el color haciéndola más estilizada y con estructura.
Para la realización de esta técnica se utiliza un mazo con terminaciones punteadas, y según el tamaño de las puntas podrás obtener acabados gruesas, mediana o finas, todo dependerá de la textura que quieras lograr.
¿Cómo se hace el abujardado?
Esta técnica es realiza golpeado repetidas veces la superficie de las piedras, estos golpes producen pequeños cráteres de 1 a 3 mm de profundidad y anchura, dependiendo de la fuerza que se ejerza y del grosor de las puntas del mazo, será el acabado que logres.
La forma tradicional de realizar esta técnica es utilizando un martillo o mazo para golpear la superficie, pero también puedes utilizar máquinas neumáticas con puntas para el abujardado o eléctricas para la realización de este trabajo.
¿En qué tipo de piedras puedo realizar la técnica de abujardado?
Es importante saber de qué tipo de piedras se encuentra revestida tu chimenea y son resistentes a esta técnica, por lo que se recomienda pedir la opinión de expertos antes de tratar de realizar alguna remodelación.
Las piedras más recomendadas para realizar esta técnica son las de granito, mármoles, calizas y areniscas, como también las superficies de cemento. Con estas lograras obtener una superficie rugosa dándole un toque de estilo rustico a la superficie en cuestión.
¿Puedo hacer yo mismo el abujardado?
Cuando decidimos realizar algún tipo de remodelación, es de suma importancia que el resultado sea bueno. No queremos invertir tiempo y dinero en algo que no quedará tal como esperábamos.
Posiblemente has visto algún tutorial donde se explica cómo debe realizarse este trabajo, así como los materiales que necesitaras. Pero este es una labor que requiere de tiempo, destreza y experiencia, de allí la recomendación de solicitar la asesoría de profesionales que te garanticen la efectividad y la calidad del trabajo que requieres.
¿Por qué es buena idea el abujardado?
Las piedras, al igual que muchos otros materiales, tienden a desgastarse con el paso del tiempo y el reemplazarlas totalmente requiere de una buena inversión monetaria, ya que estos materiales son costosos al igual que la mano de obra calificada, por lo que remodelarlas resulta una excelente opción.
Utilizar la técnica del abujardado para remodelar la fachada de tu chimenea, además de resultar económicamente más rentable, te dará un cambio total en tu decoración, proporcionándote un estilo rustico que no necesitará de mayor esfuerzo para su limpieza y mantenimiento.
¿Qué tipo de cuidados necesita la técnica del abujardado?
Al momento que se realizar el trabajo se aplica un sellado con productos específicos proporcionando una barrera contra la humedad y la acumulación de polvo. Esto ayuda a prolongar su durabilidad, por eso la limpieza no requiere utilizar jabones o disolventes especiales.
Así que podrás limpiar con los productos que usas regularmente en tu hogar, además de aspirar eventualmente la superficie.